La llegada de la Selección de Argentina a la capital de su país, Buenos Aires, prácticamente colapsó la ciudad en jubilo y concentraciones multitudinarias a lo largo del recorrido de los campeones del mundo recién llegados de Qatar.
Autopistas invadidas, el área del obelisco completamente llena, caos aunque sin muchos incidentes mayores de violencia hasta el momento es lo que ha traído la celebración en Buenos Aires.
La posibilidad de que la caravana de la Albiceleste llegue al centro por la autopísta 25 de mayo, una arteria elevada que desemboca en la avenida 9 de julio, ha movilizado a miles de personas que intentan subir por donde sea. La Policía intenta desalojarlos, pero está desbordada.
Las impresiciones sobre el recorrido definitivo marea a la multitud, que corre hacia los puntos posibles de encuentro cuando se entera a través de las redes de algún cambio. «¿Vos sabés por dónde llegan’», es la pregunta que se hacen todos en el centro de Buenos Aires.
Milagros, del barrio de La Boca, toca con el trombón la canción que se ha convertido en el himno de la selección, con la letra cambiada desde que el domingo salieron campeones del mundo: «Muchachos, ahora solo queda festejar. Ya tenemos la tercera, somos campeón mundial».
En el centro de Buenos Aires hay personas que no han dormido: algunas vinieron directas desde Ezeiza, donde aterrizó el avión; otras, salieron de sus trabajos nocturnos y encararon hacia el Obelisco. Hay familias que hicieron más de cien kilómetros para poder festejar junto a la Scaloneta, como Carlos y Myriam, que vinieron desde Olavarria. Todos repiten que es un día histórico que estuvieron esperando durante toda la vida. La anterior Copa del Mundo que levantó Argentina fue en 1986, con Maradona.
