La acusación principal del profesor Alexander Aviña es que Ciscomani está usando su plataforma para “atacar” a migrantes indocumentados, un grupo en el que se encuentran sus propios padres. CORTESIA: ASU Media Relations
En el marco de una contienda política que se calienta en Arizona, Juan Ciscomani, representante republicano y firme defensor de la seguridad fronteriza, enfrenta críticas provenientes de su propio entorno familiar. El detonante es la postura del congresista sobre la inmigración, un tema que toca fibras sensibles dentro de su historia personal, pero que ha generado una fuerte confrontación con su cuñado, el profesor Alexander Aviña.
Aviña, un académico especializado en historia latinoamericana, no se ha quedado callado ante lo que considera una postura hipócrita por parte de Ciscomani, quien ha respaldado las políticas migratorias de Donald Trump, incluidas las que abogan por la construcción del muro fronterizo. La ironía, según Aviña, radica en el hecho de que la familia política de Ciscomani, los padres de su hermana Laura, llegaron a Estados Unidos como inmigrantes indocumentados, una realidad que choca frontalmente con el mensaje del congresista.
Ciscomani, que en su campaña ha destacado la legalidad de su propio proceso migratorio desde Sonora, México, ha sido acusado de ser poco claro en los detalles de cómo su familia logró establecerse en Estados Unidos. Este vacío ha permitido que críticos como Aviña levanten banderas rojas, sugiriendo que Ciscomani estaría utilizando su propia historia para avanzar una agenda política que criminaliza a personas en situaciones similares a la de sus suegros.
La acusación principal de Aviña es que Ciscomani está usando su plataforma para “atacar” a migrantes indocumentados, un grupo en el que se encuentran sus propios padres. El distanciamiento entre los cuñados, que anteriormente mantenían una relación cercana, pone de relieve cómo las tensiones políticas pueden desgarrar incluso los lazos familiares más fuertes.
A pesar de las diferencias, Aviña asegura que su amor por su hermana permanece intacto, y que su lucha es contra la retórica que Ciscomani promueve, la cual, en su opinión, demoniza a personas como sus padres. Por otro lado, Ciscomani defiende que su postura en favor de la seguridad fronteriza es, de hecho, proinmigrante, siempre que se promueva la legalidad.
El choque entre la historia personal y las posturas políticas sigue alimentando el debate en torno a la transparencia y autenticidad de Ciscomani, en un momento en que el país enfrenta una fuerte división sobre cómo manejar la cuestión migratoria.