“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipineses 4,13).
Esta y varias otras citas bíblicas fueron como un salvavidas en medio de una gran marea para Jasmany Garcés y Fanny Arellano, así como su acercamiento sincero a Dios que les está ayudando a superar poco a poco el profundo dolor causado por la trágica muerte de su niño de tan solo 2 años de edad.
Su caso es uno de miles que en los que la fundación Padres y Madres de Parientes de Víctimas de Crimen ha desempeñado un papel fundamental para conseguirles la Visa U, que afortunadamente les fue aprobada por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
“Desde que nos acercamos al señor José Guzmán (director de la fundación) nos recibió con palabras de consuelo que nos reconfortaron como no tienes idea, nos dijo que nos ayudaría sin importar que no tuviéramos un solo centavo en la bolsa, Dios se nos manifestó a través de él”, afirmó Garcés en entrevista con PRENSA ARIZONA.
Además de guiarlos en los trámites de su Visa U, añadió, el activista ha sido para ellos y sus niñas un gran soporte espiritual, como lo ha sido la comunidad parroquial de la iglesia de San Jerónimo, a la cual comenzaron a asistir tras la desgracia inesperada.
“Es Dios quien nos ha ayudado a través de estas personas a aceptar y superarlo poco a poco, sin Dios para cualquier ser humano muy es difícil salir adelante”, enfatizó el entrevistado.
Físicamente su hijo Erick no está con ellos, pero vive permanentemente en su corazón; para ellos siguen siendo un poco tristes las fechas de su cumpleaños cada 20 de agosto (cumpliría 10 en unas semanas), pero le llevan flores y limpian su pequeña tumba, y junto con sus hijas Josmara de 20 ahora de años y Mariana de 15 le siguen ofreciendo a Dios sus sufrimientos.
Fecha fatídica
Imposible olvidar aquel fatídico día; su esposa estaba trabajando y él llevaba en su automóvil a sus hijas Mariana y Josmara, así como al pequeño Erick a una fiesta infantil.
A unas cuadras de su domicilio ubicado en el área de la Avenida 31 entre Greenway y Thunderbird, al norte de Phoenix, un adolescente que iba echando carreras con otro automovilista los impactó de manera intempestiva.
Erick perdió la vida casi de manera instantánea, mientras que Mariana resultó fracturada de la cadera y Yasmany con fracturas en costillas y una rodilla. Por fortuna a Josmara no le pasó nada.
El responsable del accidente fue arrestado y al poco tiempo sentenciado a 6 años de cárcel, condena que ya purgó y hace poco recuperó su libertad.
Difícil, pero necesario
Yasmany Garcés de 42 años, inmigrante originario de México con 20 con viviendo en los Phoenix, trabaja como mesero; entre él y su esposa, con el apoyo de José Guzmán y muchas otras personas, aprendieron que perdonar es algo muy importante para sanar emocional, mental y espiritualmente.
“No es fácil, pero por experiencia propia te digo que desde que decidimos perdonar al responsable empezamos a sentirnos mejor, más libres”, compartió el entrevistado.
Durante la Corte lo vieron frente a frente y él les pidió que por favor lo perdonaran; pareció sincero su arrepentimiento tras su gran irresponsabilidad.
A los que como ese joven andan echando carreras las calles y autopistas les mandó este mensaje: “Si lo hacen como deporte váyanse a los lugares donde está permitido, porque en la ciudad o la carretera tarde o temprano provocarán una tragedia”.
También tuvo palabras para los padres de los jóvenes: “Como padres somos de alguna manera responsables de lo que hacen nuestros hijos, como se lo dijimos a los papás de ese muchacho; tenemos la obligación de asegurarnos que nuestros hijos son responsables cuando manejan”.
Agradecen a José Guzmán y su fundación, por ser los únicos que realmente les han estado ayudando, tanto para los gastos del funeral de su pequeño hace casi 8 años, como para superar la tragedia poco a poco y para tramitar su visa U.
“A las víctimas de crímenes y tragedias quiero recordarles que no están solos, existe ayuda, es cuestión de buscar”, afirmó Guzmán.
