George Santos habría pagado un viaje de lujo, artículos de diseñador y hasta una suscripción de OnlyFans con el dinero de donantes. Foto: Cortesía / Rep George Santos
El exrepresentante George Santos fue sentenciado este viernes a 87 meses de prisión por un juez federal tras admitir múltiples cargos de fraude financiero, robo de identidad y malversación de fondos de campaña. La jueza Joanna Seybert, del Distrito Este de Nueva York, ordenó además el pago de 374,000 dólares en restitución y 200,000 en multas, destacando la “montaña de mentiras” que caracterizó su carrera política.
Durante la audiencia, George Santos, quien llegó a llorar, reconoció haber “traicionado la confianza” de sus votantes. Sin embargo, Seybert cuestionó su sinceridad: “¿Dónde está el arrepentimiento?”.
La magistrada subrayó que, pese a las lágrimas, el excongresista merecía una condena dura por crímenes “sin precedentes en su gravedad”.
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John J. Durham, fiscal federal, calificó el fallo como “justicia” para las víctimas, entre ellas donantes mayores con deterioro cognitivo cuyas tarjetas de crédito Santos usó sin autorización. “Su avaricia lo llevó a explotar el sistema que elige a nuestros representantes”, agregó Durham.
George Santos, de 36 años, llegó al Congreso en 2022 tras ganar un escaño en Long Island con una biografía inventada: falsificó antecedentes académicos, laborales e incluso afirmó ser judío, luego rectificó diciendo ser “judeo-ish”.
Su caída comenzó cuando The New York Times expuso sus mentiras, lo que derivó en una investigación por desviar fondos de campaña a gastos personales.
Según documentos judiciales, George Santos usó dinero de donantes para viajes de lujo, productos de diseñador, tratamientos cosméticos y una suscripción a OnlyFans.
Un informe del Comité de Ética de la Cámara detalló además pagos de alquiler y escapadas a Las Vegas y Los Hamptons con fondos públicos, ante el cúmulo de acusaciones, la Cámara lo expulsó en diciembre de 2023.
Los fiscales rechazaron su supuesto arrepentimiento, señalando su podcast Pants on Fire with George Santos como prueba de su “falta de contrición genuina”.
“Sin un disuasivo contundente, seguirá engañando”, argumentaron, aludiendo a sus intentos de monetizar su notoriedad.
Su defensa pidió dos años de prisión, alegando que sus actos fueron “desesperación por su campaña, no malicia”; también destacaron que no tenía antecedentes penales y que su caída pública era “advertencia suficiente”.
Tras su expulsión, George Santos generó ingresos mediante Cameo, vendiendo videos personalizados y sin embargo, los fiscales señalaron inconsistencias: declaró ganar 400,000 dólares en un mes, pero luego afirmó haber recibido solo 358,256 en total y también discrepó sobre pagos de un documental.
Pese a prometer restitución, no ha pagado ni un dólar. “Hoy no puedo pagar nada”, admitió a NY1, aunque aseguró estar “trabajando” en ello, por lo que la jueza le ordenó entregarse antes del 25 de julio.
Consultado sobre si pediría clemencia a Donald Trump, Santos respondió en su podcast: “Apuesten que sí lo haría”. Aunque dijo no haber contactado al expresidente, confía en que “él conoce mi situación”.
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El caso de Santos refleja un patrón de impunidad erosionada. Como resumió Seybert: “No me gusta enviar gente a prisión, pero aquí era necesario”.
Su condena cierra un capítulo de escándalo, pero deja preguntas sobre cómo alguien con tantas falsedades llegó al poder.
