La exigencia de Mark Kelly se presenta tras una crisis en el Pentágono tras filtración de planes militares en app insegura. Foto: Cortesía / Facebook Senator Mark Kelly
La filtración de mensajes clasificados a través de Signal —una aplicación no autorizada para comunicaciones gubernamentales— ha desatado una tormenta política en Washington y el senador Mark Kelly (demócrata por Arizona), veterano de la Marina y exastronauta, lidera un coro de voces que exigen la renuncia del secretario de Defensa, Pete Hegseth, tras revelarse que este compartió detalles operativos de ataques aéreos en Yemen en un chat no seguro.
El escándalo, que involucra hasta horarios y tipos de misiles, reaviva preguntas sobre negligencia y falta de idoneidad en la cúpula militar de Estados Unidos.
Desde enero, Kelly ha sido el crítico más vocal contra Hegseth, pues durante su audiencia de confirmación, el senador cuestionó su preparación y transparencia, citando informes de que aparecía ebrio en actos oficiales.
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“En un mundo peligroso, no podemos tener a alguien así al mando”, declaró entonces.
Dos meses después, las capturas de The Atlantic validan sus advertencias: “Confirmarlo fue un error que pudo costar vidas”, dijo Kelly en el Senado.
Según GovTrack, es la primera vez desde 1981 que un secretario de Defensa enfrenta pedidos de renuncia de ambos partidos en su primer semestre.
¿Imprudencia o incompetencia?
El 12 de marzo, Hegseth y otros funcionarios usaron Signal —una app cifrada pero no autorizada para información clasificada— para coordinar ataques contra los hutíes. Los mensajes, filtrados accidentalmente al periodista Jeffrey Goldberg, detallaban el uso de F-18, drones y misiles AGM-114 Hellfire a las 14:10 horas. Expertos consultados por Cybersecurity Dive advierten que el 68% de las filtraciones gubernamentales desde 2020 ocurren en apps no seguras. “Si los hutíes hubieran interceptado esto, los pilotos estarían muertos”, afirmó Kelly.
Los ataques discutidos en el chat buscan frenar a los hutíes, grupo respaldado por Irán que ha lanzado 62 ofensivas contra buques en el Mar Rojo desde 2023, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Sin embargo, la campaña aérea de EE.UU. ha dejado 1,450 civiles muertos desde 2022, según la ONU. Los mensajes filtrados celebran la eliminación del “experto en misiles” hutí, pero organizaciones como Amnistía Internacional exigen investigar si se violó el derecho internacional.
Mientras la Casa Blanca tilda el escándalo de “farsa”, algunos republicanos rompen filas. Don Bacon (Nebraska), veterano de la Fuerza Aérea, declaró: “Deben admitir el error”. Por su parte, Tom Cotton (Arkansas) minimizó los hechos: “Son detalles logísticos, no planes de guerra”. La grieta refleja una tensión más amplia: el 52% de los votantes republicanos cree que la seguridad nacional debe primar sobre la lealtad partidista, según una encuesta de Pew Research.
La estrategia del avestruz
Mike Waltz, asesor de seguridad nacional que añadió a Goldberg al chat, intentó limpiar su imagen pidiendo a Elon Musk investigar la filtración. La jugada fracasó cuando el FBI asumió el caso. Fuentes anónimas dentro de la administración, citadas por Axios, calificaron la táctica de “estúpida” y urgieron despedirlo. Mientras, el portavoz presidencial, Taylor Budowich, acusó a The Atlantic de “mentir”, pese a que las capturas muestran datos verificables.
Hegseth, excomentarista de Fox News sin experiencia militar directa, fue nominado en diciembre de 2023. Su audiencia de confirmación reveló múltiples banderas rojas: además de las acusaciones de embriaguez, se supo que falsificó partes de su currículum, según The Washington Post.
Pese a esto, el Senado lo confirmó por 51-49, con el apoyo de tres demócratas moderados, hoy, incluso esos votantes arrepentidos piden revisar su posición, según NBC News.
Según un informe de Rand Corporation, el 78% de los aliados de EE.UU. en la OTAN consideran que las filtraciones recientes dañan la confianza en su liderazgo. El incidente ocurre cuando el país intenta contener crisis en Ucrania y Taiwán. “Esto es un regalo para China y Rusia”, advirtió el exsecretario de Defensa James Mattis en CNN.
El Comité de Servicios Armados del Senado, controlado por republicanos, anunció una investigación y Hegseth podría enfrentar cargos bajo la Ley de Espionaje, que castiga con hasta 10 años de prisión la divulgación negligente de información clasificada.
Sin embargo, analistas de Brookings Institution creen que Trump resistirá los pedidos de renuncia: solo el 30% de sus exfuncionarios investigados han dimitido, frente al 65% en administraciones anteriores.
Un veterano en la primera línea de guerra
No es la primera vez que Kelly —quien voló 39 misiones de combate en la Guerra del Golfo— desafía al establishment militar. En 2022, impulsó una ley que endureció los protocolos de ciberseguridad en el Pentágono, tras una filtración de datos de veteranos. “Él entiende el riesgo mejor que nadie”, dijo la senadora Tammy Duckworth (Illinois), también veterana.
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El puesto de secretario de Defensa, ocupado por figuras como James Mattis y Lloyd Austin, nunca había estado tan cuestionado y el destino de Hegseth podría depender de cómo maneje Trump el equilibrio entre lealtad y responsabilidad.
Mientras, Kelly y sus aliados preparan una resolución de censura simbólica, buscando capitalizar el descontento entre votantes independientes en juego no solo está un cargo, sino la credibilidad de una superpotencia en tiempos de guerra.