Los Phoenix Suns despidieron a Mike Budenholzer tras una decepcionante temporada. Te contamos un análisis de lo que ocurrió. Foto: Cortesía / Phoenix Suns
Los Phoenix Suns hicieron oficial esta semana la destitución de Mike Budenholzer como entrenador en jefe del equipo, luego de una temporada que terminó en desastre para la plantilla más cara de la NBA y construida para pelear por el campeonato de la NBA.
“Competir al más alto nivel sigue siendo nuestro objetivo, y esta temporada no logramos cumplir con esas expectativas. Nuestros fanáticos merecen más. Es momento de hacer un cambio”, expresó el equipo en un comunicado escueto, pero que refleja la frustración generalizada dentro y fuera de la organización.
Budenholzer, quien llegó al equipo tras ser campeón con los Milwaukee Bucks en 2021, frente a los propios Suns, no logró hacer funcionar un tridente que en el papel generaba ilusión: Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal.
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A pesar de contar con una de las nóminas más talentosas y la más costosa de toda la liga, los Suns finalizaron fuera de la competencia de repechaje (play in) en onceava posición con un récord de 36 victorias por 46 descalabros, la primera vez que terminan con récord negativo desde el 2020.
De hecho para los Suns cada temporada ha ido peor, desde el 2021, cuando llegaron a la final y la temporada anterior 23-24 bajo el mando de Frank Vogel, terminaron en sexto lugar del Oeste y sólo para ser barridos 4-0 en la primera ronda de los playoffs por los Minnesota Timberwolves.
Budenholzer es el tercer coach despedido por los Suns en 3 temporadas consecutivas, siendo precedido por Vogel y Monty Williams.
Los Suns arrancaron la campaña 24-25 con grandes expectativas bajo el nuevo propietario Mat Ishbia, quien había dado luz verde a una serie de movimientos agresivos, incluyendo el traspaso de Chris Paul y la adquisición de Beal.
Pero además con un coach campeón y oriundo de Arizona al timón.
Sin embargo, las lesiones, la falta de química y una rotación poco clara desde el banquillo impidieron que el equipo encontrara regularidad.
Durante la temporada regular, Phoenix acumuló una marca de 36 victorias y 46 derrotas y nunca logró establecer un estilo de juego dominante. El equipo dependió en exceso del talento individual de sus figuras, mientras que en defensa fue constantemente superado por rivales más organizados.
¿Problemas de vestidor?
El experto de la NBA Chris Haynes contó una anécdota sobre un desacuerdo entre Bradley Beal y Budenholzer a principios de temporada.
“Algo que puedo destacar fue la comunicación de Budenholzer y cómo transmitió su mensaje”, declaró Haynes en The Haynes Briefs Show sobre el despido de Budenholzer.
“Fuentes de la liga me informaron a principios de temporada que el entrenador Budenholzer se reunió con Bradley Beal. Le dijo que quería que fuera el Jrue Holiday del equipo. Holiday es un jugador que podría llegar al Salón de la Fama, pero hay que entender que hablar con alguien del calibre de Bradley Beal no fue bien recibido.
“Ya sabes el tipo de jugador que es Bradley Beal. Sabes cómo se ha hecho un nombre en esta liga jugando a su manera, y pedirle que cambie su juego, que lo modifique, y que, además, diga Jrue Holiday, alguien con quien el entrenador Budenholzer ganó un campeonato en Milwaukee. No fue bien recibido, la forma en que me lo explicaron.
John Gambadoro, de Arizona Sports, añadió a esta historia, publicando en X que Beal le dijo a Budenholzer: “Nunca me faltes el respeto de esa manera. Nunca me digas que juegue como otro jugador”.
Doug Haller, Sam Amick y Fred Katz, de The Athletic, repasaron más problemas de la relación de Budenholzer con el vestuario, centrándose más en Devin Booker y Kevin Durant.
“Más específicamente, su polémica relación con el cuatro veces All-Star y pieza clave de la franquicia, Devin Booker, así como con varios otros jugadores clave, se consideró internamente un problema importante”, escribieron en una historia.
Añadieron más tarde: “Budenholzer tiene fama de exigir responsabilidades a los jugadores. Durante el campamento de entrenamiento, solía decir que ‘hablar es fácil’, enfatizando que los Suns tenían que demostrarlo todo en la cancha. Empezaron con fuerza, ganando ocho de nueve partidos al comienzo de la temporada, pero el impulso y la buena onda se desvanecieron. Booker afirmó que los Suns se saltaron pasos importantes para fortalecer su cultura, sin aprender de cada victoria y derrota. Describió el resto de la temporada como una “desangría lenta” hacia la eliminación.
A mediados de la temporada, tras un informe de Haynes, surgió mucha controversia entre Booker y Budenholzer, como destacó The Athletic:
En febrero, Chris Haynes informó que Budenholzer llamó a Booker a una oficina y le dijo al base estrella que estaba siendo demasiado expresivo en la cancha y durante los tiempos muertos.

El entrenador le pidió a Booker que bajara el tono, lo que a Booker le pareció impactante, según confirmó una fuente de la liga a The Athletic. Budenholzer y Booker restaron importancia al informe y afirmaron que su relación era sólida, pero ninguno negó que la reunión se hubiera celebrado.
El 4 de marzo, al comienzo de una remontada sobre los LA Clippers, Budenholzer agarró el brazo izquierdo de Durant mientras este se dirigía a la banca durante un tiempo muerto. Durant se lo arrancó furioso.
Durant declaró posteriormente que cualquiera que cuestionara el incidente no entendía la dinámica de su relación con Budenholzer, lo veía como dos competidores intentando arreglar las cosas en la cancha, pero la imagen no era la óptima.
Durante los momentos difíciles, Budenholzer no se ayudó a sí mismo. La emoción y el aprecio que había mostrado en su conferencia de prensa de presentación nunca volvieron a resurgir. Se mostró distante con los periodistas. Sus sesiones previas al partido con los reporteros fueron de las más cortas de la liga. A diferencia de entrenadores anteriores, Budenholzer no concedió entrevistas previas al partido al equipo de radio de los Suns.
A medida que las derrotas se acumulaban, los aficionados se cansaron de los insulsos comentarios de Budenholzer después del partido, que a menudo empezaban con elogiar al oponente y terminaban con: ‘Tenemos que ser mejores’. No estaban solos.
“Tras una derrota en casa en febrero contra Nueva Orleans, Booker señaló las dificultades del equipo para pasar por alto detalles y adoptar una mentalidad de ‘adelante la próxima vez’.
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“’En algún momento, hay que poner un límite’, dijo Booker, ‘y debería haberse puesto hace mucho tiempo’.”
En línea con la cronología de estos comentarios de Booker, Duane Rankin, de The Arizona Republic, informó que “Fuentes informaron a Arizona Republic que los rumores sobre el futuro de Mike Budenholzer en Phoenix realmente cobraron fuerza tras la derrota ante Nueva Orleans, el 27 de febrero, en casa”.