Un inmigrante mexicano fue sentenciado el viernes a 38.5 años de prisión por el asesinato en 2015 de un empleado de una gasolinera durante un robo en Mesa.
Apolinar Altamirano disparó fatalmente a Grant Ronnebeck, de 21 años, después de que Ronnebeck insistiera en que Altamirano pagara un paquete de cigarrillos.
Las autoridades dicen que Altamirano pasó por encima de Ronnebeck para obtener varios paquetes de cigarrillos antes de salir de la tienda en enero de 2015.
Los fiscales solicitaron sin éxito la pena de muerte contra Altamirano.
Un juez de primera instancia concluyó a mediados de 2019 que las autoridades no podían continuar con su ejecución porque tiene una discapacidad intelectual.
Altamirano se declaró culpable en mayo de los cargos de asesinato en segundo grado, robo en primer grado, robo a mano armada y fuga ilegal de un vehículo policial.
En la sentencia del viernes, el juez del Tribunal Superior Justin Beresky describió el asesinato como a sangre fría.
“Francamente, creo que probablemente nunca debería salir de prisión, pero seguiré la declaración de culpabilidad que se negoció entre el estado y la defensa”, dijo el juez, refiriéndose a las declaraciones de culpabilidad anteriores de Altamirano por asesinato, robo y otros cargos.
Altamirano fue sentenciado previamente a seis años de prisión por declaraciones de culpabilidad separadas en el caso y mala conducta relacionada con armas.
Después de matar a Ronneback, la policía dice que Altamirano dirigió a los agentes en una persecución a alta velocidad antes de su arresto, y más tarde se encontraron una pistola y un paquete de cigarrillos sin abrir en su vehículo.
Los familiares de Ronnebeck expresaron su dolor por su muerte y lo describieron como una persona de gran corazón a quien le quitaron la vida injustamente.
“No hay razón para lo que hizo”, dijo Steve Ronnebeck, el padre de Grant, sobre Altamirano. “No hay justificación para lo que hizo”.
El asesinato fue citado por Trump en un mitin durante su campaña de 2016. En su primera semana como presidente, Trump creó una oficina para atender a las víctimas del crimen de inmigrantes y sus familiares.
Si bien los estudios sugieren que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer delitos que las personas nacidas en los EE. UU., Trump buscó incansablemente establecer un vínculo y retrató a los mexicanos en el país ilegalmente como criminales violentos. La administración Biden cerró la oficina de la era Trump en 2021, reemplazándola con lo que dijo que era un sistema de apoyo a las víctimas más completo e inclusivo.
Altamirano, un ciudadano de México que ha vivido en los EE. UU. sin autorización durante unos 20 años, había sido deportado y devuelto a los EE. UU. en el pasado.
Funcionarios federales de inmigración dijeron que Altamirano, quien fue sentenciado a libertad condicional en 2013 después de declararse culpable de un cargo de facilitación para cometer robo, estaba esperando audiencias de deportación en el momento de la muerte a tiros de Ronnebeck.
Emily Wolkowicz, una de las abogadas de Altamirano, dijo que su cliente sufrió negligencia y abuso cuando era niño, lo que afectó sus habilidades de razonamiento cognitivo y no pudo funcionar solo como adulto sin la ayuda de su esposa. Cuando murió su esposa, cayó en una depresión y tomó malas decisiones.
