¡Hola! ¿Cómo están? Aquí les dejo mi artículo semanal y espero le pueda ayudar.
Vivimos en un mundo rápido donde a veces nos cargamos de varias cosas a la vez, por eso es muy importante detectar y comprender la Ansiedad Social o Fobia Social.
Hay técnicas que podemos poner en marcha para afrontarla, pero sin duda, si nos vemos incapaces de hacerlo solos o solas es conveniente buscar ayuda.
Estas son algunas recomendaciones:
Clarifica tu motivo para superarte: Vencer un miedo cuesta, la ansiedad social avergüenza, a veces paraliza, nos ruboriza y a veces nos manda mensajes como ¡Tierra, trágame!
La primera estrategia para vencer este miedo, es tener muy claro y muy presente cuál es tu motivo, tu razón de peso, para lograr tus metas, aunque algunas veces tengas que afrontar tus temores e incluso afrontar momentos embarazosos.
No te engañes ni te justifiques: Las personas somos muy hábiles a la hora de evitar reconocer los auténticos motivos por los que no queremos afrontar una situación y las excusas son variadas como:
En realidad soy muy solitaria o solitario; la gente en general me cae mal; no me interesan las tonterías que le interesan a todo el mundo; a mí me da igual no conocer gente o no tener pareja; para qué voy a intentarlo si me volverán a rechazar o hago el esfuerzo y al final no me merece la pena.
El ser humano es un ser social y si nuestras necesidades de estar con los demás entran en disputa con nuestras reacciones ansiosas, hemos de tener claro quien tiene que ganar esa batalla y es que muy distinto elegir estar solo, a que los miedos o la ansiedad lo elijan por nosotros.
Progresión y duración: Hemos de comprender que cuando creemos que estamos afrontando un miedo, a veces, por desconocimiento, lo estamos agrandando y para realmente vencer un miedo, hace falta tener muy presentes dos pautas claras como la progresión y duración.
Hemos de plantearnos que el afrontar los miedos sociales es como subir una escalera (progresión) y si quiero subir dos escalones o tres a la vez, posiblemente me caiga.
Si quiero subir haciendo trampas y usar el ascensor (automedicación, alcohol, sustancias, estar en contacto con gente nueva sólo en “zonas de confort o seguridad”), no me servirá.
He de fijarme objetivos progresivos, de lo que menos ansiedad me produce, a lo que más y cada objetivo es un escalón y he de quedarme en cada uno, tanto tiempo (duración) como sea necesario hasta que mi reacción emocional de ansiedad haya tornado en una reacción de indiferencia.
Cuando no seguimos estas dos pautas es fácil que en lugar de habituarnos a nuestras reacciones dejándolas pasar, nos sensibilicemos ante ellas y el miedo se haga mucho más grande.
Expresa y no huyas: Si tememos la valoración negativa de nuestro trabajo, o tememos nuestras reacciones ansiosas cuando vamos a realizarlo, no debemos evitarlo, sino hacerlo y luego expresar nuestros temores a quien deba supervisar ese trabajo (nuestro jefe o colaborador)
¿Te parece suficiente? ¿Qué es lo que más te ha gustado? ¿Y lo que menos? ¿Cómo puedo mejorarlo?. Me he sentido algo tenso ¿Cómo me has visto?
Si tememos no caer bien o no parecer interesante o divertido a la gente con la que entramos en contacto, la solución no es dejar de intentar, así que de nuevo expresa y no huyas, cuéntales a tus amigos con naturalidad lo que piensas.
Comienza a pensar que las cosas importantes no tienes por qué hacerlas solo y si crees que puede ser beneficioso plantéate un proceso de cambio guiado por un profesional de la psicología las terapias.
Las ventajas de relacionarte con los demás de forma menos ansiosa son enormes y vas ha estar mucho mejor; también recuerda que la oración te ayuda mucho estar conectados con Dios es hermoso.
¿Usted qué piensa? Me gustaría saber su opinión.
¡Bendiciones!