La medida, celebrada por conservadores, retendría programas clave pero elimina protecciones civiles y recorta empleos.
El presidente Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva para desarticular el Departamento de Educación, un objetivo histórico del Partido Republicano. Aunque la agencia no cerrará por completo —mantendrá funciones como la gestión de préstamos estudiantiles ($1.6 billones), becas Pell y fondos para escuelas de bajos recursos—, la orden elimina programas de equidad y reduce su plantilla en 50%, incluyendo personal clave en derechos civiles y recopilación de datos educativos.
La orden transfiere competencias a los estados, alineándose con la retórica de Trump sobre la “injerencia liberal” en las escuelas. Se preservarán fondos como el Título I (asiste a 25 millones de estudiantes de bajos ingresos) y apoyos para niños con discapacidades, pero se eliminarán iniciativas de diversidad e inclusión.
“Es un desperdicio burocrático”, declaró Trump
El presidente acusó al departamento de contribuir al rezago académico de EE.UU., ranked 38th en matemáticas a nivel global (OECD, 2023).
Reacciones: Entre el Apoyo y la Alarma
Grupos conservadores como Moms for Liberty celebraron la medida: “Los padres recuperan el control”, afirmó su cofundadora Tiffany Justice. Sin embargo, críticos advierten consecuencias graves:
Derrick Johnson (NAACP): “Abandona a millones de niños en comunidades pobres y rurales que votaron por Trump“.
Bobby Scott (congresista demócrata): “Amenaza derechos civiles y revive fantasmas de la segregación”.
El 14% del financiamiento escolar federal —que sustenta programas como comidas para estudiantes sin hogar (McKinney-Vento)— podría convertirse en “subvenciones en bloque”, dando a los estados discreción total. Esto preocupa a defensores de educación especial, quienes temen recortes.
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Pese al impulso de Trump, eliminar por completo el departamento requiere aprobación del Congreso, donde en 2023, 60 republicanos rechazaron una propuesta similar. Expertos señalan contradicciones: aunque Trump promete reducir el federalismo, su administración ha usado el departamento para imponer prohibiciones contra atletas trans y activismos pro-Palestina.
La exsecretaria Betsy DeVos intentó sin éxito recortar el presupuesto y convertir fondos en subvenciones flexibles. Ahora, con una Corte Suprema conservadora y gobernadores aliados como Ron DeSantis (Florida), Trump espera consolidar su agenda, aunque enfrenta demandas de grupos civiles.
La medida, celebrada por conservadores, retendría programas clave pero elimina protecciones civiles y recorta empleos.