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Un gran jurado de Arizona acusó a 18 aliados de Donald Trump por sus esfuerzos para subvertir las elecciones de 2020, incluido el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, y los abogados Rudy Giuliani y Boris Epshteyn.
La acusación, que incluye delitos graves de conspiración, fraude y falsificación, también describe a Trump como un cómplice no acusado.
“Los acusados y cómplices no acusados planearon impedir la transferencia legal de la presidencia para mantener en el cargo al cómplice no acusado 1 en contra de la voluntad de los votantes de Arizona”, se lee en la acusación de 58 páginas.
Los nombres de siete de los acusados, incluidos Meadows, Giuliani y Epshteyn, están redactados, pero el documento deja claro quiénes son al describir sus funciones. Otros incluyen a los abogados John Eastman, Jenna Ellis y Christina Bobb, así como al agente de campaña Trump 2020, Mike Roman.
Ken Chesebro, un abogado que ayudó a diseñar la estrategia postelectoral de Trump, es descrito como “coconspirador 4 no acusado”.
Los únicos acusados cuyos nombres son visibles en la versión de la acusación publicada por la oficina del fiscal general de Arizona el miércoles por la noche son los 11 republicanos que se hicieron pasar falsamente por los electores presidenciales del estado a pesar de la estrecha victoria de Joe Biden allí. Entre ellos: la ex presidenta del Partido Republicano de Arizona, Kelli Ward, los senadores estatales Jake Hoffman y Anthony Kern, y el miembro del comité del Comité Nacional Republicano de Arizona, Tyler Bowyer.
El fiscal general de Arizona, Kris Mayes, un demócrata, ha estado dirigiendo la agresiva investigación. Aunque inicialmente parecía centrarse principalmente en los falsos electores, en los últimos meses quedó claro que el alcance de la investigación era más amplio de lo que se pensaba anteriormente y abarcó a destacados aliados de Trump a nivel nacional.
