Irma Deihl, madre de Ashley Madera cuenta sobre su travesía por convertirse en médica neuróloga especializada en parkinson. Fotos: Cortesía / Irma Deihl
Después de 14 años de dedicación incansable a sus estudios, la Dra. Ashley Madera, de 32 años, regresa a su hogar en Phoenix, Arizona, para unirse al prestigioso Instituto Neurológico de Phoenix. Su misión es clara: mejorar el acceso a la atención neurológica para la comunidad latina, especialmente aquellos que padecen trastornos del movimiento como el Parkinson.
En una emotiva entrevista, su madre, Irma Deihl, compartió el inmenso orgullo que siente por su hija mayor, a quien describe como su “mayor logro” y “orgullo”.
La Dra. Madera, quien acaba de obtener un “fellowship” (subespecialización) en trastornos del movimiento, se enfocó en esta área después de observar de cerca la situación de una prima con necesidades especiales. “Desde que tenía 9 años, Ashley dijo: ‘Cuando sea grande, voy a estudiar el cerebro para saber más de su caso'”, relata Irma. Una promesa de infancia que nunca abandonó.
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Su impresionante trayectoria académica comenzó en Ohio, donde cursó sus primeros dos años universitarios. Luego, continuó su escuela de medicina en Chicago, donde se graduó como neuróloga hace ocho años. Posteriormente, realizó su residencia en neurología en Denver y, finalmente, su reciente subespecialización en Parkinson en Los Ángeles.

“Han sido 14 años, ha sido increíble verla trabajar tanto, tantas horas de estudio, tantos cumpleaños, vacaciones, fiestas que se perdió por estar estudiando”, expresa su madre con admiración.
La Dra. Madera es una neuróloga especializada en afecciones cerebrales que causan movimientos anormales, abarcando no solo la enfermedad de Parkinson, sino una amplia gama de trastornos. Su reciente fellowship la consolida como una experta en el tratamiento del Parkinson, una enfermedad compleja que afecta a millones de personas.
Superando barreras y un compromiso inquebrantable
Ashley nunca enfrentó discriminación por su idioma u origen hispano. De hecho, su talento y dedicación la destacaron desde la primaria, e incluso su escuela de medicina en Chicago, fue una de solo tres estudiantes hispanos de un total de 123 alumnos, un hecho que su madre recuerda como “muy impresionante”.
“Ashley desde muy niña fue muy estudiosa, muy dedicada y siempre su estudio era su prioridad en todos los aspectos”, enfatiza Irma. Su compromiso y ética de trabajo han sido siempre su sello. “Escucho a sus pacientes y a sus colegas hablar de ella con mucho respeto, como ser humano, como doctora y por el trabajo que hace”, añade conmovida.

De regreso a casa para hacer la diferencia
Lo más significativo de este logro es el regreso de la Dra. Madera a su ciudad natal. Ha firmado un contrato con el Instituto Neurológico de Phoenix, ubicado en Thomas y Third Street, un centro líder en el país. Su enfoque principal será la investigación para mejorar el acceso a la atención neurológica para pacientes latinos, incluyendo terapias avanzadas como la estimulación cerebral profunda, una esperanza para quienes sufren de Parkinson.
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Para Irma, este es un testimonio de que “sí se puede”. Como madre divorciada con pocos recursos, siempre inculcó a sus hijas la importancia de la educación universitaria. “Nunca fue una opción en mi casa no ir a la escuela”, afirma. “Siempre les dije que lo que quisieran estudiar, lo hicieran”.

La historia de Ashley Madera es un faro de inspiración, no solo para la comunidad latina, sino para todos los jóvenes y padres que enfrentan desafíos. Demuestra que con dedicación, apoyo familiar y una visión clara, es posible alcanzar metas extraordinarias y, en el caso de la Dra. Madera, regresar a casa para transformar vidas.