Según la Comisión Federal de Comercio (FTC), en 2024 se reportaron pérdidas por fraudes que superaron los 12,500 millones, un aumento del 255.2 millones para las víctimas. CORTESIA: Freepik
En un mundo hiperconectado, los mensajes de texto fraudulentos —o smishing— se han convertido en la pesadilla silenciosa de los arizonenses. La Fiscal General de Arizona, Kris Mayes, ha lanzado una alerta urgente: los ciberdelincuentes están usando esta táctica para robar identidades, ahorros y hasta la tranquilidad de miles de personas.
“Estos mensajes no solo son molestos: son un ataque directo a la seguridad de nuestras familias”, advierte Mayes, quien lidera una cruzada para educar y proteger a la ciudadanía.
Según la Comisión Federal de Comercio (FTC), en 2024 se reportaron pérdidas por fraudes que superaron los 12,500 millones, un aumento del 255.2 millones para las víctimas.
Estos números reflejan una epidemia que aprovecha la confianza en la tecnología: el smishing combina mensajes SMS con técnicas de phishing para engañar con enlaces maliciosos que simulan ser de entidades legítimas.
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Los estafadores se disfrazan de bancos, empresas de paquetería o incluso agencias gubernamentales. Un texto sobre un “peaje no pagado” exige dinero con urgencia; otro ofrece un “reembolso fiscal” con un enlace para “reclamarlo”.
También están los falsos reclutadores que prometen empleos inexistentes o alertas de paquetes “retenidos” que piden datos personales para “reactivar la entrega”. Hasta las supuestas notificaciones de actividad bancaria sospechosa buscan generar pánico y precipitar acciones .
“Los estafadores diseñan estos mensajes para que actúes sin pensar”, explica Mayes. Usan errores ortográficos sutiles, números desconocidos y sobre todo, plazos perentorios: “Si no responde en 24 horas, su paquete será devuelto”.
Este sentido de urgencia es clave para el éxito del fraude, según un informe de la Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA), que señala que el 68% de las víctimas de smishing cayeron porque el mensaje simulaba una emergencia.
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La lucha contra el smishing no es aislada y Mayes, ha priorizado la protección al consumidor desde su elección y bajo su mandato, se han impulsado demandas contra fraudes en apuestas deportivas —como alertó antes del Super Bowl 2025— y contra esquemas de colusión en alquileres que inflaron los precios en Phoenix y Tucson.
“Estamos en una carrera contra delincuentes que se reinventan cada día”, afirma Mayes. Su oficina colabora con la FTC y empresas tecnológicas para rastrear patrones de smishing, pero enfatiza que la conciencia ciudadana es vital. Mientras Arizona avanza en leyes más duras contra el cibercrimen, la recomendación sigue siendo clara: desconfiar, verificar y eliminar.
En un estado donde el 92% de los adultos usa smartphones, según el Pew Research Center, el smishing no es solo un delito: es un recordatorio de que la información personal es el nuevo oro, y protegerla requiere tanto de tecnología como de sentido común.
Eliminar, bloquear, denunciar
- La Fiscalía General de Arizona señala que la defensa más efectiva es la prevención:
- Nunca hacer clic en enlaces o responder a números no verificados, incluso si piden
- Usar autenticación multifactorial en cuentas sensibles y actualizar dispositivos con parches de seguridad.
- Reportar los mensajes marcándolos como spam o enviándolos al 7726 (SPAM). Además, la Fiscalía ofrece formularios de denuncia en línea o por teléfono para casos de fraude.