Por César Chávez
“En este momento hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico”. Ese comentario retumbó en la ciudad de Nueva York este fin de semana pasado en el prestigioso Madison Square Garden. Los dichos llenos de racismo se llegaron a conocer durante un mitin del candidato Donald Trump por un comediante que procedió su discurso con insultos hacia la comunidad latina. Aunque para muchos estos comentarios no son inusuales, saliendo del campo del expresidente, si causaron furor de una población que no tiene el derecho a votar por el próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos.
Sin embargo, a través de redes sociales, aún existe aceptación de individuos que se identifican como latinoamericanos. Aunque nos pudiéramos preguntar ¿Cómo es que alguien pudiera apoyar a una persona que nos ha atacado por casi una década? La respuesta está en la historia de división que ha existido entre nosotros los latinos. Por décadas las discusiones entre los mexicanos, puertorriqueños, colombianos, guatemaltecos, y otros miembros de Norte, Centro, y Sudamérica derivan desde el tema de superioridad. Siempre exclamando que la comida, música, bandera y cultura es mejor que la otra.
Mientras comentarios como los anteriormente mencionados deberían de activarnos y correr en defensa de nuestros hermanos y hermanas, permitimos que esta retorica retire el enfoque de racismo contra una población (en mí caso mexicano) y subraye a otra (en este caso los puertorriqueños). Todo esto lo hacemos sin tomar en cuenta de que somos un tercio de la población en el estado de Arizona o de que somos la quinta economía más grande del mundo (aproximadamente $3,700 billones). Estos atributos nos deberían de permitir tener un poder sinónimo cuando un candidato está por atacar a los latinos. El llamar a Puerto Rico una basura es como repetirlo en la cara de los demás latinos.
Unidos pudiéramos tomar fuerza de los congresos, alcaldías, y gobernaturas ya que los latinos somos una minoría-mayoría. En vez de esperar a ser atacados con leyes como la famosa SB1070 o la Iniciativa 314 que se encuentra en la boleta de esta elección. Es tiempo que busquemos la valentía de ir contra los ataques y nos pongamos hombro con hombro a lado de nuestros hermanos latinos.
Donald Trump no es la clave secreta para una economía fuerte o la salvación de esta nación. Esa llave la tenemos los latinos quienes luchamos día con día para asegurar que nuestras familias crezcan fuertes y sanas. Somos los que prendemos las luces de esta ciudad a punta de la madrugada y quienes nos aseguramos de que esta nación haya comido gracias a el sudor y esfuerzo de quienes cosechan los frutos que consumimos. Razón por cual cuando serví en la legislatura, exigí que pusieran la tilde en mí nombre y apellido. Para que nunca hubiera equivocación de que un mexicano migrante representaba a su pueblo en la legislatura.
A nadie le debemos el pan del día que compartimos con nuestras familias, mucho menos disculpas tenemos que dar por existir en esta nación. No permitamos que nos sigan denigrando y volteando el cachete para que nos dupliquen la bofetada. Mejor aprendamos de aquellos quienes igual como tu han llegado a esta nación con la intención de contribuirle y dejarla mejor que cuando la conocimos.
*César Chávez es un estratego político y fue diputado estatal (2017-2023) dentro del la Legislatura por el estado de Arizona.