Los críticos señalan que la estrategia de Trump podría ser más simbólica que efectiva, pues sin abordar la demanda interna de drogas ni ofrecer soluciones integrales, sus propuestas podrían quedarse cortas en su objetivo de reducir la violencia relacionada con el narcotráfico y la crisis de sobredosis en Estados Unidos. CORTESIA: Donald J Trump / Facebook
Trump promete designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una de las medidas más polémicas de su próxima administración: la designación de los cárteles de narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras, durante el evento de la organización ultra derechista Turning Point en Phoenix, Arizona, reafirmó su postura de mano dura contra el crimen organizado y prometió tomar acción inmediata tras asumir el cargo el próximo 20 de enero.
“Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados, y designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Lo haré de inmediato”, afirmó Trump.
Según el mandatario electo, esta medida es esencial para “desmantelar, deportar y destruir” las redes criminales que operan en territorio estadounidense.
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La postura de Trump no es nueva. Durante su mandato entre 2017 y 2021, el entonces presidente ya buscó implementar políticas agresivas contra el narcotráfico, pero su nuevo enfoque de etiquetar a los cárteles como grupos terroristas eleva la tensión en las relaciones internacionales, particularmente con México.
El Gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha rechazado categóricamente esta designación, advirtiendo que cualquier intervención militar en suelo mexicano sería vista como una violación a la soberanía nacional. A pesar de ello, Trump insistió en su discurso que México debe hacer más para frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
“He informado a México que esto no puede continuar”, declaró Trump, refiriéndose a una conversación en noviembre con Sheinbaum. En esta llamada, amenazó con imponer aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá si no logran reducir el flujo de drogas y migrantes.
La crisis del fentanilo
Uno de los temas centrales del discurso de Trump fue la crisis del fentanilo, una droga sintética responsable de miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos. Trump prometió que su administración lanzará grandes campañas publicitarias para advertir sobre los peligros del consumo de drogas, subrayando que la lucha contra esta crisis será una de sus prioridades.
“Las familias están siendo destruidas y vamos a detenerlo. No vamos a permitir que esto continúe”, afirmó Trump. Sin embargo, su enfoque ha sido criticado por omitir soluciones a la demanda interna de drogas, un aspecto que muchos expertos consideran clave para abordar la crisis.
La propuesta de designar a los cárteles como organizaciones terroristas ha generado preocupación en México. Las autoridades mexicanas han señalado que este tipo de medidas podrían abrir la puerta a intervenciones unilaterales de Estados Unidos, algo que históricamente ha sido un tema sensible en la región.
Por su parte, México ha reiterado la necesidad de abordar el problema de las drogas como una cuestión de salud pública en Estados Unidos, en lugar de enfocarse únicamente en el tráfico transfronterizo. La postura mexicana resalta las tensiones crecientes en la relación bilateral mientras Trump endurece su discurso.
El discurso de Trump en Phoenix, que duró cerca de 80 minutos, también sirvió para consolidar el apoyo de su base; Arizona, un estado clave en su victoria electoral, fue escenario de promesas dirigidas a fortalecer la seguridad fronteriza, controlar la inmigración y combatir el crimen organizado.
“El 20 de enero será realmente el día de la liberación en Estados Unidos”, proclamó Trump, reafirmando su compromiso de construir el muro fronterizo y tomar medidas drásticas contra los migrantes indocumentados.
Críticas y desafíos
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas podría tener implicaciones significativas para la política exterior de Estados Unidos. Aunque este enfoque podría facilitar la movilización de recursos y sanciones contra los cárteles, también corre el riesgo de exacerbar las tensiones con aliados regionales como México y complicar las relaciones diplomáticas.
En el ámbito interno, los críticos señalan que la estrategia de Trump podría ser más simbólica que efectiva. Sin abordar la demanda interna de drogas ni ofrecer soluciones integrales, las políticas propuestas podrían quedarse cortas en su objetivo de reducir la violencia relacionada con el narcotráfico y la crisis de sobredosis en Estados Unidos.
A medida que se acerca el 20 de enero, el mundo observa con atención los primeros pasos de la nueva administración de Trump. Su capacidad para implementar estas controvertidas medidas y manejar las repercusiones internacionales definirá no solo su relación con México, sino también el legado de su política de seguridad y lucha contra el crimen organizado.