El futuro de México se define el domingo

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“En un país cansado del ‘chapulineo’ político ¿Podremos confiar en que esta elección traiga un verdadero cambio?”

No hay fecha que no se cumpla, y será el próximo domingo. Nuestro México lindo y querido se enfrentará a una de las decisiones más importantes de toda su historia reciente. Las elecciones presidenciales no solo determinarán quién será el sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que también marcarán el rumbo económico, político y social de los próximos años. Es decir, este arroz ya se coció y la contienda está entre tres titanes: Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.

Claudia Sheinbaum es la candidata del partido Morena y según la mayoría de las encuestas es la favorita. Representa la continuidad de un proyecto político que ha buscado reivindicar a las clases más desfavorecidas, pero también ha generado controversia y división. Su trayectoria académica y su experiencia como jefa de gobierno de la Ciudad de México son innegables, pero su carácter reservado y su vida personal, que sigue siendo un misterio para muchos, plantean preguntas sobre su capacidad para manejar la complejidad y la diversidad del país. Algunos se preguntan si su cercanía con López Obrador la hará una “copia” del presidente, siguiendo sus políticas de “abrazos, no balazos” y mega proyectos cuestionables. Sin embargo, su fluidez en inglés y su experiencia internacional podrían facilitar una relación mucho más constructiva con Estados Unidos, lo cual es crucial porque ya sabemos que no todo es “fuchi caca”.

Por otro lado, Xóchitl Gálvez, de la alianza opositora liderada por el PAN, ofrece una visión diferente. Su perfil como ingeniera y empresaria, así como su historia de vida como mujer indígena que ha superado numerosas adversidades, la convierten en una figura inspiradora. Gálvez se ha posicionado como una defensora de la transparencia y la rendición de cuentas, y su propuesta busca un equilibrio entre el desarrollo económico y la justicia social. Sin embargo, enfrenta el desafío de superar la desconfianza de una ciudadanía que ha sido testigo de promesas incumplidas por parte de gobiernos anteriores. Después de todo, no queremos otro sexenio de “haiga sido como haiga sido”.

Jorge Álvarez Máynez, aunque con un apoyo mucho más reducido, también aporta una perspectiva importante. Su visión progresista y su enfoque en los derechos humanos y la inclusión social resuenan con un sector de la población que busca un cambio más profundo y radical. Sin embargo, su reto será traducir ese apoyo en una propuesta concreta que pueda competir con los dos gigantes de la contienda. En un país donde “echarle ganas” ya no es suficiente, se necesita más que buenas intenciones.

En este escenario, la elección de México no es solo entre tres candidatos, sino entre tres visiones de nación. La continuidad de las políticas de López Obrador bajo el liderazgo de Sheinbaum, la búsqueda de un nuevo equilibrio con Gálvez, o la apuesta por una transformación más audaz con Álvarez Máynez representan caminos distintos que impactarán la vida de millones de mexicanos. 

En 2026 se llevará a cabo la renegociación del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA). También este fin de semana se definirán 628 escaños del Senado y la Cámara de Diputados. Esto añade una gran capa adicional de importancia a estas elecciones. La capacidad del próximo presidente para enfrentar estos desafíos determinará no solo la estabilidad económica del país, sino también su posición en el escenario internacional. Es decir, no son enchiladas.

México aún es un país donde la desigualdad sigue siendo una realidad palpable y donde la corrupción ha minado toda la confianza en las instituciones. El voto del próximo domingo es una oportunidad para redefinir quién llevará a un país más equitativo. Es un momento para reflexionar sobre qué tipo de liderazgo quieren y qué valores quieren que guíen a la nación. Quieren un presidente que no solo prometa “no robar, no mentir, no traicionar”, sino que lo cumpla, sin caer en el “chapulineo” político que tanto cansa.

Independientemente del resultado, la elección se tiene que  llevar a cabo en un marco de respeto y democracia, y desde los Estados Unidos deseamos que el ganador tenga la mucha sabiduría para escuchar todas las voces de los mexicanos, construir puentes y trabajar hacia un futuro más justo y próspero para todos. México tiene la oportunidad de elegir un camino que honre su rica historia y promueva un mañana lleno de prosperidad. Así que, a levantarse temprano el domingo y a votar, que el futuro de México no se decide solo. ¡Ánimo, paisanos, y que gane el mejor, no el menos peor!

Félix A. García es un estratega político y fundador de Primera Consulting Group, una firma consultora global de política pública y asuntos regulatorios. García se desempeña como consultor en campañas políticas. Puedes seguirlo en Twitter como @FelixGofficial.

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