Millones de mexicanos en Estados Unidos han podido participar en las elecciones tanto en 2018 como en 2024. CORTESIA: INE Voto Extranjero / Facebook
Elecciones históricas en México bajo la atenta mirada de Estados Unidos
Este domingo 2 de junio, México vivirá una jornada electoral sin precedentes. Con más de 98 millones de ciudadanos habilitados para votar y la elección de más de 20,000 cargos públicos en juego, incluyendo la presidencia, se trata de los comicios más grandes en la historia del país. Además, todas las encuestas apuntan a la posible elección de la primera mujer presidenta, con Claudia Sheinbaum liderando las preferencias. La relevancia de estas elecciones trasciende fronteras y es observada de cerca por Estados Unidos, un país cuyo interés en el resultado electoral mexicano es palpable.
Según Rafael Fernández de Castro Medina, director del Centro de Estudios para Estados Unidos y México de la Universidad de California en San Diego, la relación entre ambos países ha evolucionado significativamente. “Los años en que lo único que Estados Unidos quería era un México que fuera seguro y estable terminaron. Ahora le interesa que también sea un país con buena política pública”, afirmó Fernández de Castro a noticieros internacionales.
La economía como eje central de la relación bilateral
Uno de los temas más relevantes en la relación entre México y Estados Unidos es el económico. México se consolidó como el principal socio comercial de EE.UU. el año pasado, superando a China y Canadá, en gran parte debido a fenómenos geopolíticos como la pandemia y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. El T-MEC, acuerdo comercial vigente desde 2020, ha jugado un papel crucial en esta dinámica.
Lila Abed, directora del Instituto México del Centro Wilson, explica que el T-MEC ofreció un marco regulatorio que favoreció el comercio entre los tres países de América del Norte. Sin embargo, la renegociación del acuerdo en 2026 plantea desafíos. “Estados Unidos necesita que, cualquiera sea el Gobierno de México para entonces, se comprometa a un cumplimiento pleno del acuerdo”, señaló Raquel López Portillo Maltos, analista internacional.
Las disputas legales y comerciales entre ambos países, como la prohibición de importación de maíz transgénico y la política energética nacionalista de AMLO, son temas que la próxima administración deberá enfrentar. “Existe un rumor fuerte de que, pasadas las elecciones, esta disputa podría convertirse en un panel, como lo marca el T-MEC”, agregó Abed.
Migración: de tránsito a destino
La política migratoria es otro tema crucial. México ha pasado de ser solo un país de tránsito a convertirse también en un destino para muchos migrantes. Carin Zissis, editora en jefa del Americas Society/Council of the Americas, destacó que México es una pieza central de la política migratoria estadounidense. “México es parte del muro de Trump desde que López Obrador decidió el envío de miles de miembros de la Guardia Nacional para ocuparse del control migratorio”, comentó Zissis.
La próxima presidenta mexicana deberá lidiar con una situación migratoria compleja, incluyendo la gestión de grandes poblaciones de migrantes en su territorio y la colaboración con Estados Unidos para manejar la crisis migratoria.
Seguridad y cooperación en un contexto de violencia
La seguridad es otro de los ejes fundamentales de la relación bilateral. Mientras Estados Unidos enfrenta una crisis por el fentanilo, México lidia con un aumento de la violencia por parte de los cárteles. Lila Abed subrayó la necesidad de que el próximo gobierno mexicano refuerce las medidas para frenar el ingreso de precursores químicos utilizados en la producción de opioides sintéticos.
La cooperación en seguridad ha sido un tema sensible, especialmente tras las reformas de López Obrador que limitaron la actividad de agentes extranjeros en México. No obstante, según los expertos, a pesar de la retórica confrontativa, ha habido una coordinación estrecha entre ambos gobiernos en temas de seguridad y migración.
El futuro de la relación entre México y Estados Unidos dependerá en gran medida del resultado de las elecciones del 2 de junio y de la política exterior que adopte la próxima presidenta mexicana. Con la posibilidad de una victoria de Trump en noviembre, la dinámica bilateral podría enfrentar nuevos retos y oportunidades.
Las elecciones en México no solo determinarán el rumbo del país, sino que también influirán en la política y la economía de América del Norte en los próximos años. La atención internacional, y en particular la de Estados Unidos, refleja la importancia de estos comicios históricos.