El congelamiento crea una crisis de planificación para estados y escuelas que presupuestan programas para este verano y el próximo año escolar. Foto: Cortesía / Freepik
La administración Trump ha retenido más de $6 mil millones en subvenciones federales para programas extracurriculares, de verano y otros servicios educativos clave, generando incertidumbre y advertencias de graves consecuencias para familias de bajos ingresos y estudiantes vulnerables. La medida, parte de una revisión para alinear las subvenciones con las prioridades del presidente, afecta fondos ya asignados por el Congreso.
Esta congelación crea una crisis de planificación para estados y escuelas que presupuestan programas para este verano y el próximo año escolar, al desconocer si o cuándo recibirán los recursos. Demócratas acusan a la administración de violar la ley al retener dinero congresionalmente aprobado.
Las consecuencias inmediatas son graves. Escuelas advierten que sin estos fondos no podrán ofrecer cuidado extraescolar asequible para niños de bajos ingresos mientras sus padres trabajan, ni contratar personal para enseñar a estudiantes que aprenden inglés. Los campamentos de verano en curso también enfrentan riesgo.
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Los Boys and Girls Clubs of America, que dependen de estos fondos para sus programas de verano, alertan que, de no restaurarse pronto, la programación podría terminar a mitad de temporada. “Si estos fondos se bloquean, las consecuencias serán rápidas y devastadoras”, afirmó su presidente Jim Clark. Hasta 926 clubes podrían cerrar, afectando a más de 220.000 niños.
Un aviso del Departamento de Educación confirmó que el dinero, esperado para el 1 de julio, no se liberará durante la revisión, sin ofrecer cronograma. El departamento justificó la medida asegurando su compromiso con que “los recursos de los contribuyentes se gasten de acuerdo con las prioridades del Presidente”.
Distritos escolares concretos ya prevén cierres. En Gadsden City, Alabama, advierten que tendrán que cerrar su programa extraescolar, que sirve a más de 1.200 estudiantes de bajos ingresos, si no se liberan los fondos. “Sería devastador perder ese salvavidas”, dijo Janie Browning, su directora. Unos 75 empleados perderían sus trabajos.
Seis programas clave están bajo revisión, incluyendo los Centros Comunitarios de Aprendizaje del Siglo XXI ($1.300 millones), principal fuente federal para programas extraescolares y de verano. También están congelados $2.000 millones para desarrollo docente y reducción de clases; $1.000 millones para enriquecimiento académico; $890 millones para aprendices de inglés; $376 millones para hijos de migrantes; y $715 millones para alfabetización de adultos.
El impacto es nacional y desproporcionado. Estos fondos representan más del 20% del dinero federal para educación K-12 en Washington D.C. California tiene más de $800.000 en riesgo; Texas supera los $660.000. “Trump está confiscando ilegalmente miles de millones… La Administración está castigando a los niños”, denunció Tony Thurmond, superintendente de California.
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Los más afectados serían los estudiantes vulnerables. Niños aprendiendo inglés y de zonas rurales sufrirían especialmente, al usarse los fondos para programación de verano, especialistas bilingües y capacitación docente. Distritos rurales serían los más perjudicados. “Están tratando de enviar un mensaje. No creen que el dinero de los contribuyentes deba usarse para estos niños”, señaló Amaya García, de New America.
El caso de Umatilla, Oregón, ilustra el drama. Este distrito rural, con muchos estudiantes migrantes y aprendices de inglés, depende críticamente de estos fondos. Su superintendente, Heidi Sipe, evalúa terminar antes la escuela de verano (usada por el 20% de los estudiantes) y eliminar programas extraescolares en otoño, que atienden a la mitad del distrito. “Es un servicio esencial… no tenemos centros de cuidado infantil con licencia”, explicó Sipe, frustrada porque el congelamiento llega a mitad de un período de subvención quinquenal. “Se siente prevenible”, afirmó.