Aun a pesar de que se dio un paso importante con la derogación del tope escolar de gastos, los desacuerdos se mantienen y la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, estaría preparándose para el “presupuesto flaco” que los legisladores republicanos aprobaron a inicios de semana.
Al intensificar un enfrentamiento sobre las prioridades con el nuevo gobernador demócrata, la Cámara y el Senado liderados por el Partido Republicano votaron en línea partidaria a favor de un paquete de $15.8 mil millones que extendería el gasto del año en curso por otros 12 meses.
El presidente de la Cámara de Representantes, Ben Toma, emitió un comunicado diciendo que el plan republicano es un “presupuesto estatal responsable” y “fue elaborado teniendo en cuenta las necesidades del estado y de las familias de Arizona”.
Pero Hobbs no lo ve así.
“Los problemas que enfrentan los arizonenses requieren más que negocios como de costumbre. No firmaré un presupuesto que sea más de lo mismo y no haga nada para demostrar el deseo de hacer avanzar a nuestro estado”, dijo la primera gobernadora demócrata del estado desde 2009 después de que la Legislatura aprobara su paquete de gastos para el año fiscal 2024, que comienza el 1 de julio de este año.
Los legisladores demócratas también criticaron al Partido Republicano por impulsar un presupuesto de continuación sin negociar al otro lado del pasillo.
“En pocas palabras, este es un presupuesto de no hacer nada disfrazado como un intento de burlar a la gente trabajadora de Arizona. Estoy aquí para decirles a mis colegas al otro lado del pasillo lo que ya saben: este presupuesto será vetado”, dijo el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Andrés Cano, en un comunicado.
Poco después de asumir el cargo en enero, Hobbs publicó un presupuesto ejecutivo que enfatizaba la educación pública, la vivienda asequible y los recursos hídricos.
Ben Toma llamó al plan de Hobbs una “lista de deseos de izquierda” que estaba “muerta al llegar”.
El mes pasado, antes de que Hobbs anunciara sus prioridades de gasto para el año, los legisladores republicanos dijeron que solo negociarían con el gobernador demócrata sobre el gasto estatal después de que su presupuesto de continuación se convirtiera en ley.
Aunque lo han presentado como una forma de garantizar que el gobierno estatal no cierre en julio si las dos partes no logran ponerse de acuerdo sobre un plan presupuestario más amplio, el efecto práctico de hacerlo prácticamente garantizaría un punto muerto porque no habría incentivos. que los legisladores republicanos acepten gastar cualquiera de los casi $2 mil millones en efectivo excedente del estado.
El presupuesto del año pasado fue controvertido para algunos republicanos, y varios votaron en contra del gasto, citando preocupaciones de que era demasiado dinero., pero todos esos legisladores que regresaron votaron por la versión de este año del mismo proyecto.