El equipo de los Diamondbacks de Arizona logra conjuntar una rotación de lanzadores imponente para el 2025. Foto: Cortesía / Facebook Diamondbacks
La reciente incorporación de Corbin Burnes a los Arizona Diamondbacks marca un cambio significativo en la rotación de pitcheo del equipo, que busca dejar atrás la decepción de la temporada 2024, cuando no lograron clasificar a la postemporada ni siquiera como comodín. Con la firma de un contrato de seis años y $210 millones, el equipo ha asegurado una pieza clave en la parte alta de su rotación.
Este acuerdo no solo es el más grande en la historia de la franquicia, superando los $206.5 millones de Zack Greinke, sino que también promete estabilidad y calidad en una rotación que, tras el fracaso del año pasado, necesita dar un paso al frente para competir en la reñida División Oeste de la Liga Nacional.
Corbin Burnes, quien fue adquirido de los Baltimore Orioles, ha demostrado ser uno de los mejores lanzadores en la liga en los últimos años. Con una efectividad de 2.92 y 181 ponches en 194.1 innings el año pasado, Burnes ha estado entre los 10 mejores en la votación al Cy Young en cinco de sus siete temporadas en Grandes Ligas. A pesar de que el contrato tiene una opción de salida tras 2026, lo que añade un componente de incertidumbre, su rendimiento en el montículo es lo que los D-backs necesitan para mejorar en la rotación de pitcheo.
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Además de Burnes, el equipo tiene varias cartas fuertes en su rotación para 2025. Eduardo Rodríguez, quien pasó por un 2024 irregular debido a lesiones, se espera que esté completamente recuperado y listo para contribuir a la causa del equipo. Rodríguez, conocido por su consistencia y control, es un lanzador clave en la rotación, que si se mantiene saludable, puede ser una pieza fundamental para el equipo.
Por otro lado, los D-backs también cuentan con lanzadores establecidos como Merryl Kelly y Zac Gallen, quienes son pilares del staff. Gallen, un candidato recurrente al Cy Young, ha demostrado ser uno de los mejores en la liga, mientras que Kelly, un veterano de la rotación, aporta estabilidad. Ambos lanzadores tendrán que dar lo mejor de sí en la temporada 2025 para mantener al equipo competitivo.
La llegada de Burnes podría también aliviar la presión sobre los jóvenes lanzadores como Brandon Pfaadt, quien ha mostrado destellos de talento pero aún busca consistencia, y Jordan Montgomery, quien a pesar de algunas críticas sobre su rendimiento en 2024, decidió extender su contrato con los D-backs. Montgomery, si logra encontrar su mejor nivel, podría ser una pieza importante para completar la rotación, brindando la experiencia necesaria en los momentos cruciales.
Aunque la rotación de pitcheo de los Diamondbacks para 2025 tiene el potencial de ser una de las más sólidas en la liga, aún queda una preocupación por resolver: el rol de cerrador. A pesar de que el equipo ha hecho avances importantes con su rotación de abridores, el cierre de juegos sigue siendo una tarea pendiente. El equipo aún podría buscar un cerrador que refuerce el bullpen y ofrezca estabilidad en los últimos innings.
Con la competencia feroz en la División Oeste de la Liga Nacional, especialmente con los campeones Dodgers, Padres, Gigantes y Rockies, los Arizona Diamondbacks tendrán que tener una rotación sólida y un bullpen confiable si desean competir al más alto nivel y evitar otra decepción en la temporada 2025.
La combinación de un Corbin Burnes recuperado, el regreso de Eduardo Rodríguez y el liderazgo de Gallen y Kelly podría ser la clave para lograr ese objetivo. Sin duda, la rotación de pitcheo de los D-backs será uno de los aspectos más seguidos y cruciales en la campaña que se avecina.