“Trump está lucrando con su presidencia, ganando millones gracias a sus propias criptomonedas. Es corrupción a plena luz”, declaró el Senador Mark Kelly. Foto: Cortesía / Mark Kelly
El senador Mark Kelly impulsó una iniciativa para prohibir que altos funcionarios federales, incluido el presidente Donald Trump, inviertan o promuevan criptoactivos durante su mandato.
La propuesta, respaldada por una coalición de legisladores demócratas, busca frenar conflictos de interés tras revelarse que las ganancias de Trump en criptomonedas representan una parte significativa de su patrimonio.
“Trump está lucrando con su presidencia, ganando millones gracias a sus propias criptomonedas. Es corrupción a plena luz”, declaró Kelly, impulsor de la propuesta.
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El proyecto surge tras revelarse que las inversiones en criptomonedas representan una parte significativa del patrimonio del presidente, incrementando su fortuna en miles de millones.
Bautizada como Ley para Terminar con la Corrupción Criptográfica, la medida prohibiría la emisión o patrocinio de activos como memecoins y stablecoins por parte de líderes federales.
Organizaciones como Public Citizen respaldan el proyecto, señalando que “nadie en el poder debería usar su influencia para enriquecerse”. Aunque la iniciativa enfrenta resistencia republicana, sus promotores buscan cerrar vacíos legales que, según ellos, permiten abusos.
Aunque la ley enfrenta un camino complejo en un Congreso dividido, sus impulsores confían en destacar la urgencia de regulaciones éticas en un mercado volátil. Mientras Trump no ha comentado públicamente, aliados republicanos ya la tacharon de “ataque político”.
Fed no cede a presiones
En paralelo, la Reserva Federal decidió mantener su tasa de interés clave sin cambios, desafiando las exigencias de Trump de reducir costos de endeudamiento. El organismo advirtió que los riesgos de inflación y desempleo han aumentado simultáneamente, un escenario inusual atribuido a los aranceles masivos impuestos por el gobierno. “La incertidumbre económica ha crecido”, señaló la Fed, subrayando la complejidad de su mandato dual: controlar precios y sostener el empleo.
Expertos explicaron que los aranceles, al encarecer insumos importados, presionan al alza los precios mientras obligan a empresas a recortar puestos. “Es raro que la Fed enfrente presiones opuestas. Los aranceles limitan sus herramientas tradicionales”, comentaron economistas. La decisión refleja la cautela del organismo ante políticas comerciales que, según analistas, añaden volatilidad.
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Mientras Trump presiona por estímulos monetarios, su estrategia proteccionista complica el panorama. La Fed optó por priorizar su independencia, evitando mencionar directamente al presidente pero dejando claro que los riesgos exigen prudencia. Esta postura contrasta con el enfoque de la Casa Blanca, que insiste en medidas agresivas para impulsar el crecimiento.
El dilema no es menor: cómo equilibrar políticas fiscales controvertidas con la estabilidad financiera. Mientras la Fed apela a la cautela, Trump enfrenta críticas por beneficiarse de el mercado cripto que su administración no regula. Para sus detractores, ambos escenarios exponen una incongruencia: el presidente cosecha réditos de sectores que sus propias decisiones podrían afectar.