Al cierre de esta edición el tipo de cambio estaba cotizando alrededor de 20.44 pesos por dólar. CORTESIA: Pexels / Daniel Cruz
El peso mexicano ha mostrado una tendencia de depreciación frente al dólar estadounidense en los primeros días de 2025 y al cierre de esta edición el tipo de cambio estaba cotizando alrededor de 20.44 pesos por dólar, una depreciación marcada con respecto al último trimestre del 2024.
Analistas atribuyen la depreciación del ‘super peso’ a varios factores, entre ellos la fortaleza del dólar estadounidense, impulsada por datos económicos positivos en Estados Unidos, y la incertidumbre en los mercados financieros ante las políticas comerciales anunciadas por el presidente Donald Trump, quien ha amenazado con imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos si no se toman medidas para frenar la migración y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Además, las reformas políticas internas en México, como la reforma judicial que permitirá la elección popular de jueces y magistrados a partir de junio de 2025, y la eliminación de reguladores autónomos en sectores clave, han generado preocupación entre los inversionistas, aumentando la percepción de riesgo y presionando a la baja al peso.
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En respuesta a estas condiciones, el Banco de México ha mantenido una postura cautelosa, aunque las tensiones políticas y económicas han limitado su capacidad para estabilizar la moneda. Se espera que en su próximo anuncio de política monetaria, programado para el 6 de febrero de 2025, Banxico considere un recorte de 50 puntos base en la tasa de interés, con la posibilidad de que la tasa de referencia cierre el año en 8.5%.
Las proyecciones económicas para México en 2025 indican un crecimiento moderado, con estimaciones gubernamentales que sitúan el déficit fiscal en 3.9% del PIB y un crecimiento económico entre 2% y 3%. Sin embargo, las amenazas arancelarias de Estados Unidos y las reformas internas podrían afectar estas expectativas.
En este contexto, el tipo de cambio se ha convertido en un indicador clave de la estabilidad económica del país. La depreciación del super peso encarece las importaciones y puede generar presiones inflacionarias, afectando el poder adquisitivo de los consumidores. Por otro lado, un peso más débil puede beneficiar a las exportaciones mexicanas, haciéndolas más competitivas en el mercado internacional.
Es importante destacar que el tipo de cambio es influenciado por múltiples factores, incluyendo las decisiones de política monetaria, las condiciones económicas globales y las percepciones de riesgo político. Por ello, es fundamental que las autoridades mexicanas implementen políticas económicas sólidas y fomenten la confianza de los inversionistas para mitigar la volatilidad cambiaria.
En conclusión, el inicio de 2025 ha presentado desafíos para el peso mexicano, marcado por una depreciación frente al dólar estadounidense. La interacción de factores internos y externos continuará desempeñando un papel crucial en la evolución del tipo de cambio, y será esencial monitorear de cerca las políticas económicas y las relaciones bilaterales para anticipar posibles impactos en la economía mexicana.